Treviso, Italia. En el corazón productivo del noreste de la península, entre las excelencias manufactureras de Italia, surge la idea de un nuevo sistema de manipulación de cargas pesadas: la minigrúa. Un sueño para los gruistas, es decir, trabajar en espacios reducidos y extremos, con peso y dimensiones reducidos, sin comprometer la capacidad de elevación ni el alcance. Una potencia sin precedentes en sus manos.
La llamamos Jekko porque, al igual que la salamanquesa, esta minigrúa se adhiere a las superficies con patas semejantes a ventosas, se trepa por todos lados y es estable cuando está parada y rápida cuando se mueve.
Diseñamos y fabricamos maquinaria de elevación de cargas en obras de última generación. Pero en realidad hacemos mucho más.
No se trata solo de suministrar grúas y minigrúas innovadoras a quienes trabajan en las obras, sino también de identificarse con sus dificultades y sus deseos profesionales, para ayudarles en todas sus tareas, grandes o pequeñas que sean. Con Jekko entramos en su mundo, compartimos la carga de la responsabilidad y estamos a su lado para facilitarle todos los trabajos.
La fuerza no nace por casualidad. Hay que diseñarla para que se convierta en calidad.
Como ocurre en el centro de innovación Jekko, que es el centro de investigación e innovación donde desarrollamos nuevas grúas preparadas para trabajar en condiciones extremas. Todas las ideas del futuro pasan por las manos de los ingenieros y los trabajadores especializados en prototipos, y ya hemos hecho realidad algunas de ellas, por primera vez en este sector.